viernes, 31 de enero de 2014

Fútbol Para Todos, fin del mito

Cuando se produjo el traspaso de los derechos de televisación del fútbol argentino, hasta entonces en manos del Grupo Clarín, a manos del Estado a través del ciclo Fútbol Para Todos, se argumentó que en el esquema televisivo previo era injusto que se priven a los ciudadanos del derecho de mirar espectáculos deportivos por la pantalla chica. En palabras de Cristina Fernández de Kirchner la situación era equiparable al secuestro y desaparición de personas de la última dictadura cívico-militar. Así lo expresó en el discurso pronunciado el 20 de agosto de 2009, con motivo del convenio entre la AFA y el Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP):
"[...] no es posible que solamente el que pueda pagar pueda mirar un partido de fútbol, que además le secuestren los goles hasta el domingo aunque pagues igual, como te secuestran la palabra o te secuestran las imágenes, como antes secuestraron y desaparecieron a 30 mil argentinos." [1] 
Siete días después, el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) era girado a la Cámara de Diputados.
Lo que hasta entonces había sido un negocio extraordinario para el Grupo Clarín ahora pasaba a ser un derecho plenamente ejercido por todos los argentinos. Gracias a las gestiones gubernamentales, pronto se habló de la grata posibilidad de mirar fútbol "gratis" por televisión, cuestión que anteriormente no era posible. La medida, tomada con simpatía por los fanáticos del balonpié, ocultaba tras de sí el profundo agujero negro en que se convertiría el falsamente proclamado "Fútbol Para Todos".  Según estimaciones no oficiales (puesto que se desconoce la cifra exacta debido a la ausencia de transparencia en los datos oficiales y la información pública), desde su implementación en el año 2010 a la actualidad, la televisación de los "goles liberados" por el kirchnerismo tuvo un costo cercano a los mil millones de pesos. Disfrutar de los encuentros futbolísticos en la comodidad del hogar, lejos de ser "gratis", nunca fue tan caro. 

Con el arribo del nuevo gabinete al gobierno nacional se pensó una reforma en el gerenciamiento de las transmisiones deportivas motivado por dos factores: el inmenso gasto que le reporta al Estado, en el marco del ajuste "nac&pop", sumando a ello su dudosa calidad periodística que ha despertado no pocas críticas en el entorno mediático y, sobre todo, en el público televidente. Además, se torna insoslayable la realización de la Copa Mundial de Fútbol 2014 en Brasil, lo que le permitirá al kirchnerismo aminorar el descontento político, económico y social que acarrea desde principios de diciembre y al que se le ha sumado la devaluación y la escalada inflacionaria de principio de año. El propio Artemio López, uno de los voceros del oficialismo, ha declarado públicamente, en un sincero acto de subestimación política que: 
"Con un Mundial en el medio, el año 2014 será en rigor un año corto y sin grandes novedades para la política, pues nada sustancial sucederá antes del 13 de julio tras la finalización del torneo. La última mitad dependerá también en su extensión del mayor o menor éxito de la participación argentina en Brasil. Si se consagra Argentina campeón, el espaldarazo al Gobierno coronaría un año muy favorable al oficialismo." [2]
Una evidente muestra de las preocupaciones ocultas del gobierno con los nuevos productores del Fútbol Para Todos.
Ahora, a pocos meses de asumir como Jefe de Gabinete, el ex gobernador Jorge Capitanich se reunió con Marcelo Tinelli, popular líder del prime-time nacional, para ofrecerle el jugoso negocio de la producción de Fútbol Para Todos. No obstante, no se trata de un mero "traspaso" sino que junto a Tinelli desembarca el empresario Cristóbal López, socio mayoritario de Ideas del Sur y uno de los emblemas de la "burguesía nacional" que se encargó de reconstruir la "década ganada". Al parecer, el negocio se extendería también a 
la comercialización del ciclo y López podría desarrollar la industria de las apuestas deportivas, siendo ya un magnate del juego a escala nacional. 
El nuevo esquema televisivo de un soñado "Fútbol Para Todos" no sólo admite el ingreso de un empresario K al negocio sino también la incorporación a los que "secuestraban los goles" ya que en la tríada Tinelli-López-Ideas del Sur intervendrá Torneos y Competencias.

La situación descrita no hace más que dilapidar la retórica y el discurso impuesto por el kirchnerismo para sostener la defensa de la ley de medios como "la madre de todas las batallas", cedida ahora a las manos del empresario de casinos Cristóbal López y TyC, perteneciente en un 50% por ciento al multimedio Clarín, también conocido por el kirchnerismo como "La Corpo".
Hoy el mito se cae a pedazos.

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